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El cuerpo en su interelación con el paisaje y el paisaje como contenedor de sentidos. Estamos como seres vivos en continuo cambio al igual que el paisaje natural o arquitectónico que nos rodea y conforma. Nacemos y morimos y el paisaje nace y muere a cada instante. En ese tiempo efímero todo se construye y destruye, las cosas evolucionan y se transforman. El trabajo propioceptivo permite afinar habilidades de percepción del espacio. Se trata de la percepción de nuestro cuerpo dentro de un espacio cualquiera. Sobre la imaginación y el paisaje es un proyecto que trabaja sobre el mimetismo paisaje-cuerpo. En el escenario desolado de una ruinas encontramos un cuerpo roto de dolor y que ha de sanar. El primer paso es la aceptación de la ruptura. La aceptación del individuo solo, roto. Para volver a encontrarse un nuevo ser renace de ciénagas oscuras. De la sepultura de aquello que un día fuimos y hacia la transformación por una reconstrucción completa. Renace un individuo erosionado de formas caprichosas. 

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